martes, 14 de julio de 2015

VAMOS CRECIENDO

Estos últimos seis meses han cambiado para nosotros. Ahora por fín ya dormimos hasta diez horas seguidas, y eso me hace muy felíz. Lo que más anhelaba desde que fui madre era dormir porque la falta de sueño me ha dejado algunas secuelas de las que estoy recuperándome poco a poco. Mimo muchísimo a mi hijo pero yo me cuido y me mimo mucho también, un punto importante para poder cuidar de otra personita es sentirte bien. Mucho ánimo a todas las madres y padres, tenemos una ocupación agotadora pero también es la más increíble y reconfortante.

No dejo de sorprenderme cada día con las cosas que hace un niño de dos años. Cómo disfruto cuando me habla, me da besitos y me abraza, es de lo más gratificante que hay para una madre o un padre. Se invierte mucho tiempo y dedicación pero la recompensa es inmensa. Si bien es cierto que ahora empezamos una etapa de educación importante donde los límites son a veces difíciles de controlar,  también comenzamos una etapa muy bonita, ya dejamos de ser bebés para convertirnos en niños, en no parar de jugar, de reír, de enrabiertarse, de interactuar con los demás y de decir "no" a casi todo. Es un continuo de probar y ver qué pasa, qué cara pone mamá o papá cuando tiro el zumo en el sofá o me tiro al suelo, o no quiero comer ni bañarme. Esto no es habitualmente pero si de vez en cuando nos pasa.

En estos meses (por no decir años) estamos muy metidos en la rutina de mis oposiciones. Para mí es como un trabajo, todos los días estudio a la misma hora cientos de artículos de muchísimas leyes, y eso me tiene bastante ocupada por las tardes. Menos mal que cuento con la persona más buena y comprensible que me entiende y comparte los altibajos que supone opositar. Y no sólo eso, cada tarde mi marido se encarga del niño, dándolo todo también, ocupándose del angelito con sus cambios de humor, que no es tarea fácil. Por otro lado, no quiero dejar atrás a los abuelos, y a los tíos, mi hijo los nombra a todos y eso me hace sentir orgullosa de la personita que tengo delante, cómo puede acordarse y sin darse cuenta tener ya el concepto de familia. Es genial, eso es porque recibe también mucho cariño de ellos y se nota bastante. 

Después de unos duros meses de estudio y trabajo nos iremos a la playa a desconectar unos días, que falta nos hace. Y sobre todo a disfrutar del peque con los castillos de arena, el agua, la pala, el cubo y todos sus enseres. Me apetece muchísimo, y por qué no decirlo, nos lo merecemos.